Espacio Literario

Entrevista a la Periodista Lidia Pantychowski Lerner de Pisochin

por la Prof. Andrea Salman


La autora del libro “Pequeñas Historias” nos envía el poema "NOCHE DE HOSPITAL - Impresiones de un acompañante". Los invitamos a conocer la sensibilidad de sus palabras.

INTRODUCCIÓN

En el trascurrir de la vida los humanos tenemos dos puntos de semejanza universal, el nacer y el morir, las diferencias son sólo externas, más o menos lujo, más o menos flores.

En el desarrollo de ese giro se suscitan las diferencias, los "antónimos" que construyen el lamentable desequilibrio social que a muchos nos preocupa.



NOCHE DE HOSPITAL – IMPRESIONES DE UN ACOMPAÑANTE


Agrede furiosa la lluvia tardía arrastrando el otoño.
La noche, sorprendida, escurre su tiempo en incontables lentejuelas
vistiendo de fiesta el césped
y la tierra, bohemia, insaciable
bebe un delirio de nubes.
Ofuscados relámpagos sacuden el sueño
descubriendo una tempestad de almas en las pupilas sufridas.
Pabellón Benegas, panal heterogéneo
especie amorfa en la naturaleza perpetua del dolor.
Celdas, celdas, celdas grandes.
Celdas, celdas, celdas chicas.
Celdas que aprisionan todas las historias, únicas y repetidas.
Historias de la carne, gemidos, sonrisas, muecas, suspiros...
Celdas saturadas de aliento denso,
murmullos cómplices de plegarias y esperanzas.
Partidas breves, pasos apresurados camino al sol descubriendo la vida.
Pies cansados, reinventando la rutina de curar y comprender, sin lágrimas.
Tu simétrica caverna es un convoy matemático,
anónimo y cierto de humanidades desgarradas.
Setenta y cinco números, setenta y cinco números
en un sólo segmento nocturno de ronquidos guturales.
Humo viejo escupiendo sin piedad.
la bruma oscura de algún pecho abatido por cenizas.
Flatulencias abandonadas en camas indiferentes,
aprisionando identidades transitorias.
Y ese rostro amable, siempre presente, con su índice universal de silencio,
nada, nada logra calmar.
Celdas, celdas, celdas.
Cuanta miel amarga, cuanta ingrata miel.
Colmenar laborioso destilando dolores
atrapados en la intimidad.
Manos que acarician y alguna flor con perfume de amistad.
Heridas, muchas, que no cierran, al filo de la sin razón.
Demasiadas las miradas, opacas ya,
que, como tímidas luciérnagas sueñan un rostro sin delantal,
soledades de la vida, olvidadas de piedad y amor.
Para recordarte, obsesivamente tu nombre se extiende
Pabellón Benegas, Pabellón Benegas, Pabellón Benegas,
lado a lado de tus fauces abiertas.
¿Acaso importa grabarlo para el ceremonial donde fluyen,
irreverentes, la vida y la muerte?
Al alba, exhalo la vigilia retenida y me sumerjo
entre la sombra y la luz,
entre el tumulto y el silencio.
Atravieso la débil frontera de lo evidente,
siento frío donde no hay abrigo, saludo, me despido, admito
y me invaden la memoria y el espacio
de la sacra conciencia de nuestra finitud.

LIDIA PANTYCHOWSKI LERNER DE PISOCHIN
Mendoza, Hospital El Carmen- 2 de abril de 2001


- Lidia crees que la gente puede verse reflejada en este poema?

Absolutamente SI. Sobre su esencia nadie esta exento de ser protagonista o espectador.
En este caso, relatado en primera persona, como espectadora, se trata de una experiencia cierta que nació bajo la luz, casi inexistente en una habitación de hospital.

- Que te motivó a escribir éste poema?

Estoy segura que la indiferencia no circula por mis venas. Conviví muchas noches en ese clima especial hasta que el motivo de mi presencia, cuidar a una querida amiga y el entorno multiplicando situaciones movilizadoras me llevaron a tomar un pequeño block y la birome de mi cartera.

Fue un principio y un final, sin pausa, sin respiro.
El arte en las letras puede descubrir las luces y sombras que nos habitan.
Yo creo que estas palabras son un homenaje y un reconocimiento al esfuerzo de quienes trabajan en el campo de la salud y también un modo personal quizás, de interpretar que, ni el afecto, la amistad, el amor, se pierden como sentimientos cuando la materia parte.
Ahora sólo espero el juicio de los lectores y si se concreta "el puente", abro mi corazón para recibir sinceramente sus opiniones.

Podés acceder al libro “Pequeñas Historias” de Lidia Pantychowski Lerner de Pisochin en http://www.lidiapisochin.blogspot.com/

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